viernes, 6 de enero de 2012

Calenturas labial este virus muy molesto


La calentura o el llamado herpes labial es un problema muy común y molesto que nos puede atormentar la vida porque suele ser un molesto compañero de la fatigas, puesto que esta infección labial puede aparecer una y otra vez.

El herpes labial suele salir muy con frecuencias porque en realidad el virus se queda con nosotros, permanece de forma latente en el organismo y se reactiva de manera recurrente con pequeñas ampollas popularmente conocidas como calenturas.

La llamada fiebre labial es una de las causas que lo reactivan, pero no la única. La radiación solar, los cambios bruscos de temperatura o pequeñas lesiones en los labios son otros factores implicados, por lo tanto cuidado con todas estas causas que lo provocan.

Las alteraciones hormonales también juegan en ocasiones un papel importante. Otra causa importante en la reactivación del herpes labial puede ser el estrés emocional. Y es que el virus del herpes no queda latente en la zona donde se desarrolla la infección. Una vez que se ha registrado el primer episodio, a menudo en la infancia, el virus migra a través de las terminaciones nerviosas sensitivas de la piel o la mucosa al ganglio.

Allí permanece acantonado. Se esconde en el ganglio trigémino y puede reactivarse en cualquier momento durante la vida del huésped y posiblemente cuando menos nos lo esperamos. Son diferentes estímulos los que reactivan al virus, y los transportan de nuevo los axones sensitivos. Cuando alcanza la zona diana, infecta las células epiteliales y provoca una nueva infección.

En los últimos años, se ha constatado que los episodios recurrentes por el virus del herpes labial podrían ser menos inocentes de lo supuesto e incluso se plantea una hipotética relación con alzhéimer.

En un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Manchester, analizaron las placas amiloides de varios pacientes con alzhéimer y comprobaron que en el 90% de ellas encontraban ADN del virus HSV1, responsable del herpes.

La hipótesis es que el microorganismo entra en el cerebro del anciano cuando el sistema inmune se debilita, aunque por el momento es una teoría.

Vía | 20Minutos/centromujer

Imagen | tumedico

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