El mal de amores y las rupturas amorosas es una cuenta por las que la mayoría de las mujeres (y hombres) pasan en alguna ocasión a lo largo de su vida. No es fácil salir de una ruptura por las consecuencias emocionales que acarrea, aunque, tampoco es imposible.
Las relaciones sentimentales es un tema difícil y si hablamos de rupturas traumáticas, hay casos en los cuales para salir de ella se necesita de personal profesional que ayudan a salir del pozo, aunque con un poco de esfuerzo por parte de la persona, también se puede.
Muchas veces lo que impide el progreso o el olvido, es el sentimiento de culpa que se apodera, ello impide mirar el camino hacia delante puesto que nos pasamos las horas pensando en qué hemos fallado, qué hemos hecho mal o qué no hemos cambiado para retener a la persona amada.
Y lo primero que hay que hacer tras una ruptura amorosa es ser conscientes de que es natural sentirse triste, sufrir e incluso echar de menos a la persona que se ha ido, pero lo que hay que evitar es la autocompasión y sobre todo la pérdida de autoestima. Aunque es difícil y cada persona tiene su propio proceso, cuanto antes se tome consciencia de la situación y se ponga fuerza de voluntad, antes se dejará de tener ese sentimiento de culpa o de victima.
Desde luego que tampoco es plan de ir prensando que todo ha sido culpa tuya o que tu vida no vale nada si él, estás frenando el flujo de la vida y no avanzarás en el desarrollo personal ni por supuesto podrás olvidar y volver amar, porque después de esta etapa, llegará otra que será la de los miedos, y así sucesivamente.
Por lo tanto, en este tipo de situaciones lo mejor es buscar distracciones para poner distancia emocionalmente a la ruptura, a los recuerdos y sobre todo a esos pensamientos negativos que después de todo solo dan sufrimiento. Porque no hay que olvidar que la vida son etapas y cuando una puerta se cierra, si estamos dispuestas, otra puerta se abre.
Imagen | superardesamor
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