viernes, 30 de diciembre de 2011

Menú de fin de año para vagos que no quieren cocinar


 
No puedo parar de trabajar. / DANI JIMÉNEZ


El objetivo básico de este blog es el de animar a la gente a cocinar. Su función es convencer a los descarriados de las cazuelas de que guisar es divertido, fácil, sano, económico y muchas otras cosas maravillosas. Sin embargo, soy el primero en reconocer que hay momentos en los que no me apetece lo más mínimo ni meterme en la cocina ni dar golpe, y trato de aplicar la ley del mínimo esfuerzo a cada uno de mis movimientos.


La Nochevieja (y no digamos el Año Nuevo) cuenta con muchos boletos para pertenecer a dicha clase de momentos. Vienes de las cenorras y las comilonas de Navidad y zasca, a la vuelta de la esquina te espera otra igual de grande. A no ser que vayas a un restaurante (cosa que yo no he hecho en mi vida, y que como alérgico a los cotillones creo me daría un bajonazo monumental), no te queda otra que volver a cocinar... o tirar de productos preparados.

Esta entrada está dedicada a la panda de vagos que no quieran picar ni media cebolla para recibir el año. Les comprendo perfectamente, y para ellos he inventado un menú con algunos de los mejores productos que he probado este año. Todos son obra del esfuerzo y el buen hacer de empresas pequeñas o familiares, y se pueden encontrar en tiendas especializadas o supermercados.


APERITIVOS

Yo apostaría por cosas castizas: cerdo ibérico y conservas de pescado. Empezaría con unos canapés de Distraído Ibérico, una cosa que no sabía que existía y que consiste en unos microtaquitos de 4 milímetros de jamón muy prácticos para extender en pan o decorar platos. Los produce El Rey del Taquito / Taquito King (muy fans del nombre) y se venden en Deliterranea.

Las protagonistas de la segunda tapa serían sin duda las anchoas de Maisor. Las descubrí gracias a mis amigos de The Glutton Club, y me congratulé de saber que en Getaria (Guipúzcoa), localidad en la que nació mi abuela, se producía una maravilla de este calibre. Sus anchoas finas, sin espinitas, en su justo punto de sal, son perfectas para tomar tal cual, en pinchos con aceitunas de calidad, o con un queso no demasiado potente.

Anchoas maisor 

¿Perfume? No, anchoas. / MAISOR.COM

Por último, no descartaría montar algún tipo de canapé con los salazones de Ricardo Fuentes e Hijos -espectaculares las huevas de mújol y el atún ahumado- y con los fantásticos mejillones en escabeche o las sardinillas con pimiento de Padrón de la marca Balea, fabricados por Lago Paganini. Esta empresa se llama así porque su fundador fue un italiano, pero es una de las pocas conserveras que queda en Cangas do Morrazo (Pontevedra).


ENTRANTES

Las cremas preparadas son el mejor amigo del cocinero perezoso. Mucho hemos evolucionado desde las tremebundas sopas Quimicefa del pasado, y por suerte hoy tenemos productos capaces de dar el pego y parecer caseros. De entre las que he probado, las que más naturales me han parecido son las de Santa Teresa. Especialmente adecuada para esta ocasión resulta su crema de marisco, que además de no llevar espesantes ni colorantes, es bastante suavecita y no sabe a cabeza de gamba reconcentrada como otras.

Si buscas algo más contundente, o quizá un platazo para el Año Nuevo, existen arroces preparados muy dignos. No hablo de esas paellas-bodrio precocinadas que sólo hay que calentar, sino de packs con el arroz por un lado y el caldo y el sofrito listo por el otro. Requieren el tremendo esfuerzo de ponerlo todo en una cazuela y cocerlo durante unos 15 minutos, eso sí, pero el resultado está a siglos luz. De la marca Querida Carmen yo recomendaría el de gambas de Palamós o el de boletus con pollo de corral (el meloso de almejas, que iría bien para esta ocasión, me resultó demasiado fuerte), y de El Vell Sarrià, el pescador o el de montaña con setas.

Arroces querida carmen 

El arroz de los muy holgazanes. / QUERIDACARMEN.COM


SEGUNDO

Llamadme bestia parda, pero mi apuesta para el plato fuerte es un cochinillo. Más concretamente, el de Cascajares, una empresa de Palencia famosa por sus inconmensurables carrilleras, pero que también vende asados listos para meter en el horno. Si el pequeño gorrino te parece demasiado heavy metal, existe la opción de la pularda trufada, que se puede comer caliente o fría tal cual viene envasada si es que eres el optas a vago del año.

Cochinillo 

Infanticidio cerduno. / CASCAJARES


POSTRE

El que quiera algo parecido a una tarta casera deberá evitar las grandes cadenas de pastelerías y dirigirse a reposteros más artesanos con pequeños negocios off u online. En la ciudad en la que vivo, Barcelona,
yo encargaría algún pastel a Mirándola, a Fabulous Baking o a la soprendente pastelería búlgara de Bànitsa. En el caso de que no comáis productos derivados de animales, me han dado excelentes referencias de Lujuria Vegana. En Madrid me encantan Mama Framboise y, para roscones de Reyes, La Rosconada. Siento no poder decir mucho del resto de las ciudades... pero seguro que vosotros tenéis buenas recomendaciones que podéis compartir en los comentarios.

Banitsa 

Delicias búlgaras. / BANITSA.COM

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