El chitosan acelera la dieta y reduce en parte la absorción de lípidos que aportan los alimentos, por lo tanto se la recomienda, para controlar de peso.
Pero ¿qué es el chitosan? Es una substancia derivada de la citina, un polímero natural extraído del caparazón de los crustáceos marinos. Es el segundo polímero natural más profuso después de la celulosa.
El chitosan al abarcar fibra de origen marino, no se absorbe ni se digiera, al llegar al estómago y estar en un medio ácido, aprisiona a los lípidos aquí presentes para ser eliminados ulteriormente en la excreción.
Por ello, parte de la grasa engullida en la dieta, al ser captada por el chitosan se convierte en no absorbible y, por tanto de valor calórico nulo. El chitosan puede absorber hasta 5 veces su propio peso en lípidos, inhabilitando la absorción del 15-20% de la grasa ingerida a través de la alimentación.
No obstante, para el control de peso hay que acordarse que el peso corporal es el resultado del equilibrio entre los ingresos y las salidas energéticas. Dicho de otro modo, entre lo que comemos y lo que gastamos. Así cuando las calorías consumidas superan a las necesidades de nuestro organismo, se produce un progresivo aumento del peso corporal y al contrario, cuando la energía gastada es mayor, se produce una combustión de las grasas almacenadas y con ello, la perdida de peso.
Por ello, un correcto programa de control de peso debe basarse en la adopción de una dieta equilibrada en nutrientes y pobres en grasa. Por supuesto que la actividad física también es importante, incluyendo el resto de los ejercicios que hacemos durante el día como puede ser el andar, subir escaleras … Además de gastar calorías, ayudas a controlar el apetito y a preservar la musculatura corporal.
Por lo tanto, el chitosan sea un producto más para ayudar a perder peso o no almacenar las grasas, ya que su extracto natural es la fibra que contiene la encargada de reducir parcialmente la grasa dietética.
Imagen | zitre
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