La lactosa es el azúcar que se encuentra de forma natural en la leche. Para digerirla, el organismo precisa de la enzima lactasa que se produce normalmente en la mucosa intestinal, y que transforma la lactosa en unidades más pequeñas (glucosa y galactosa).
Por lo tanto, la intolerancia a la lactosa se debe a la disminución o ausencia de lactasa en el conducto digestivo. Pero ¿cómo actuar ante el embarazo?
Primeramente la mujer embarazada debe conocer los alimentos aconsejados para evitar una insuficiencia de nutrientes necesarios, como cuidar el consumo de calcio para evitar su deficiencia y seguir una dieta con alimentos ricos en minerales.
Principalmente la lactosa es el azúcar que se localiza de forma natural en la leche y en algunos de sus derivados, pero se puede incluir las leches vegetales de frutos secos como la de almendras o la de avellanas.
Por lo tanto si eres intolerante a la lactosa y necesitando del calcio, los yogures y los quesos semicurados o curados, en general, se toleran bien porque apenas contienen lactosa, ya que en su elaboración este azúcar se transforma en ácido láctico.
Hay alimentos vegetales que son ricos en este mineral. No obstante, el aprovechamiento del calcio no es tan eficaz debido a la presencia de sustancias que interfieren en su absorción. Los frutos secos, el batido de almendras, las semillas de sésamo y el tahini (crema de sésamo), los cereales integrales y las legumbres en general, son fuentes inestimables de calcio. El batido de soja y derivados como el tofu, también son sustitutos.
Los pescados, que no son ni lácteos ni vegetales son una fuente muy importante de calcio. Sardinas en sus distintas variaciones, el lenguado, un pescado blanco con textura muy suave. El salmón que también es muy rico en fósforo, potasio, hierro y magnesio, así como los boquerones y el marisco principalmente gambas, langostinos y ostras.
Imagen | empresate
Fuente:centromujer
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