Ahora en pleno otoño la naturaleza nos ofrece frutos que son ideales y necesarios para nuestro organismo, estación perfecta para cuidar nuestro interior y darnos un refuerzo vital, por ello, los frutos secos y dátiles son las frutas de esta estación.
Perfectos si estás a dieta, los frutos secos son un postre excelente en cantidades moderadas, ya que sacian y no cargas la dieta con más hidratos de carbono. Por otro lado, para colmar el apetito, el cerebro debe recibir una orden desde el estómago y que solo se da con ciertos alimentos, como los frutos secos.
Además, no hay que olvidar que dan energía, sobre todo si te sientes muy cansada, las avellanas te aportarán magnesio, mineral que el cerebro necesita para poder seguir trabajando.
Las castañas son dietéticas y protectoras, un fruto estrella del otoño, que tiene la magia de despertar recuerdos, pues cuando las llevamos en la mano dentro de un cucurucho en una fría tarde, el humo al asarla, nos evoca a la infancia.
Son ideales para incluirlas en la dieta como barrera contra el cáncer por su vitamina C y por su bajo contenido calórico, por lo tanto si estás a dieta te puedes permitir comer una bolsa pequeña. Tampoco tiene grasas saturadas y es un sustituto a la hora de rebajar el colesterol malo. Los hipertensos se pueden beneficiar de sus propiedades, ya que es rica en potasio y baja en sodio, por lo tanto hace de diurético.
Por otro lado, las avellanas tiene un gran efecto contra el estrés, este fruto seco nos aporta vitaminas E, que son antioxidantes y nos ayuda así a contrarrestar parte de los efectos negativos que se producen en el organismo como consecuencia del estrés.
Los dátiles por su gran riqueza en vitaminas del grupo B, transforma los alimentos en energía, músculos y cerebro, lo que hace especialmente indicado para tomarlo siempre que necesitemos estar activos mientras dura una larga jornada laboral.
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