Primeramente hay que comenzar por las cejas, ya que tienen que lucir con personalidad. Revisa si tienes pequeños huecos o son cortas y rellenan con un lápiz de un tono más oscuro que el de tu cabello. Péinalas primero a contrapelo y después en su dirección. Por último las puedes fijar con un gel específico.
Con el maquillaje hay que buscar un efecto óptico y con los ojos puedes ampliar o acortar las distancias.
Si tienes los ojos juntos, sepáralos aplicando una sombra clara en la zona del lagrimal y otra más oscura en el extremo, difuminando hacia fuera. Si los tienes separados, acércalos con una sombra más oscura o eye liner en el párpado superior, desde el lagrimal.
Por otro lado si has dormido poco tienes una cita ineludible se aconseja colocarse una bolsa de hielo bien envuelto en un paño de cocina sobre los ojos unos minutos y después lavarlos con suero fisiológico. El toque decisivo es aplicar un poco de iluminador en el arco de la ceja y dos capas de máscara de pestañas.
No puede faltar un buen eyer liner, sobre todo aplicarlo con precisión ya que es una de las tareas pendientes. Para conseguir el trazo perfecto dibuja una linea a ras de la pestaña superior. después marca con un solo punto el lugar exacto donde quieres que acabe el rabillo. Ya solo tienes que unir el final de la primera linea con el punto.
Tampoco te olvides del maquillaje que ilumina el rostro. Para ello una de las claves es el maquillaje nude, puesto que es el más adecuado y perfecto. Utilizarlo bien es el pasaporte hacia un look de cara lavada y radiante. Un buen truco es fijarte en las zonas donde te da la luz y aplicar leves toques en esos puntos tan estratégicos.
Imagen | perfume
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