Si ya tenemos a la cantante Adele que aboga por las curvas y ha recibido numerosas críticas, así como a Christina Aguilera que no quiere saber nada de dietas. Ahora son varias actrices de Hollywood quienes levantan la voz y se rebelan ante las dietas a las cuales se tienen que someter para ciertos papeles y por supuesto no quieren oír hablar nada de dietas en su vida real. Pero claro también aseguran
que es un impedimento para las futuras actrices o para ciertos papeles.
Cada vez está perdiendo más vigencia entre las actrices la extrema delgadez. Una de ellas es la británica Romola Garai. Ella asegura que en sus comienzos su peso fue un problema y eso que asegura que tiene una talla 38, pero no se consideraba como aceptable. Es cierto que la moda, el cine y la televisión dependen unos de otros. Cada vez más actrices protagonizan campañas publicitarias y no hay distinción entre ellas y las modelos y por ello les exigen mantener una talla ‘mínima’, a parte de que en las alfombras rojas hay una gran competición en cuanto a vestidos y figuras.
También está la actriz Mila Kunis, que precisamente ha sido sustituida como imagen de Dior, por unos intensos rumores de embarazos. La veterana Emma Thompson, también rompió en cólera cuando se enteró de que Hayley Atwell, su joven compañera de reparto en Retorno a Brideshead, no probó bocado durante la cena que organizó porque Miramax la había obligado a perder peso para el rol.
Sin embargo poco a poco la mentalidad o la coacción están cambiando y los roles también. Ya que en la alfombra roja se alaban las curvas como las de Christina Hendricks y admiran las redondeces de la modelo de talla grande Crystal Renn, y la talla de Kate Winslet pese algunas críticas, ella se siente a gusto y para nada aboga por las dietas y las tallas 0. Pero aún así, se sigue criticando tanto las actrices como cantantes que usan más de una talla 36-38, aunque poco a poco seguramente vaya cambiando.
Imagen | wikimedia
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