La fotodepilación

La técnica de fotodepilación es la eliminación del vello mediante la utilización de la luz. Por tanto, abarca tanto la técnica de luz pulsada intensa (IPL) como la del láser. La ventaja de la IPL sobre el láser es que, al trabajar múltiples longitudes de onda, la fotodepilación está garantizada para la mayoría de tipo de piel y color de vello.
Además, es mucho más económica y completamente indolora.

La técnica IPL es la única técnica de depilación que permite personalizar el tratamiento en función de cada cliente. Para un mejor efecto en el método, se recomienda acudir a la sesión con la piel limpia, es decir, sin cremas, desodorante ni maquillaje, así como no utilizar productos que contengan alcohol durante los tres primeros días del tratamiento.

Es importante trabajar con especialistas, que puedan evaluar tu tipo de piel. Para ello es necesario primeramente realizar un test para conocer en profundidad las características de cada tipo de piel, desde el tono, las pecas, la importancia del color de ojos o la asiduidad con la que se toma el sol y así poder utilizar bien la fotodepilación.
Dependiendo de los resultados del test y de las características de cada persona, como el color del pelo, el tono de la piel, si tienes pecas o no, etc., se puede saber y calcular de forma aproximada tu fototipo de piel. Esto te ayudará a conocer de qué manera tu piel es vulnerable a la luz y personalizar los tratamientos para obtener una depilación segura y eficaz.
El número de sesiones depende de tu fototipo de piel, características del vello, área a tratar, sexo y edad. Tras la fotodepilación, entre un 30% y 40% del vello de la zona tratada se irá cayendo poco a poco, aproximadamente a la segunda o tercera semana de realizar la sesión. La fotodepilación ha demostrado ser una manera efectiva de disminuir el crecimiento del vello hasta en un 95% en algunos casos, siendo lo normal alrededor del 80%.

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